martes, 27 de marzo de 2012

Debate de las bacrim


INTERVENCIÓN

En la intervención del Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, el pasado 23 de marzo en la plenaria de la Cámara de Representantes, quedaron pendientes temas importantes sobre la realidad de los grupos narcoparamilitares, llamados BACRIM (Bandas Criminales) por el gobierno.  ¿Son simples narcotraficantes? ¿Están disminuyendo? ¿No forman parte del conflicto interno armado y no se aplica con ellas el DIH? ¿Qué significa esa jeringonza de que a las BACRIM les aplican un enfoque de derechos humanos con las garantías del caso, pero a las FARC el DIH?  ¿ Sus  víctimas no entran en la ley de reparación y restitución? ¿Los desplazados por BACRIM no son desplazados y por ello no los registran?
El Representante Iván Cepeda abordó algunos de estos puntos y varios parlamentarios dieron argumentos que controvierten las tesis del Ministro.  En primer lugar advirtieron que la calificación de estos grupos no es un asunto semántico pues de ella se desprenden las políticas. Y efectivamente en esto de las BACRIM han abundado las definiciones: en los primeros informes del centro encargado del asunto en la Policía Nacional se indicaron 7 características y una de ellas era NO SER NARCOTRAFICANTE y ahora se dice que son NARCOTRAFICANTES PUROS, viles negociantes. Así contaron 33 grupos en 2007 y luego, con el otro nombre contaron 6 BACRIM.  Es probable que el Ministro no tenga a mano los documentos que muestran que una vez contaron grupos herederos de los desmovilizados y después pasaron a otra tipología más acorde con la idea de que las estructuras desmovilizadas de las AUC y BCB son cosa del pasado, esas si narcoparamilitares o incluso paramilitares puros.
Lo que ha quedado claro, con el debate y con decenas de testimonios, es que los herederos de las viejas estructuras, se sumaron a los no desmovilizados y aglutinaron a otros grupos funcionales a sus negocios y control de poderes políticos e institucionales. Como han repetido observadores internacionales, han continuado con el mismo patrón de comportamiento violento, en zonas similares, produciendo desplazamiento forzado y asesinatos selectivos; ademas  apropian violentamente  tierras y bienes, amenazan  a comunidades y lideres sociales; y como siempre siguen en el  tráfico de cocaína y armas, apropiación ilegal y legal de recursos mineros. Para sus fines siguen con la fórmula aprendida de buscar alianzas con agentes del Estado, autoridades civiles y militares,  ofreciendo sus servicios de seguridad y contrainsurgencia.  Esta mezcla de atributos es lo que los caracteriza como narcoparamilitares.  Varios parlamentarios prefirieron hablar de paramilitares para subrayar que se mantienen en la medida en que desde el Estado hay complicidad, tolerancia o connivencia que facilita su existencia.  Con esa caracterización  algunos destacaron que, como en el Meta, han contado con apoyos desde el gobierno y líneas de colaboración con unidades de las fueras armadas. 

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